Ponte en su lugar
Ponte en su lugar cuando acabe de nacer y llore sin parar. Entiende que llora el parto, el miedo a lo desconocido, la añoranza del lugar de donde proviene, que llora la falta de límites físicos que le daba el vientre materno. Ponte en su lugar incluso cuando no tengas ni idea de por qué llora.
Ponte en su lugar también cuando vaya creciendo y se enfade porque es demasiado pequeño para poder agarrar algo, o para ponerse de pie todavía. No te rías, ni le riñas… Si te pones en su lugar, simplemente, no podrás… Entiende que para él/ella todo es nuevo y que el mundo, tal como lo ve ahora, desde tierra, es todavía lleno de frustración porque es demasiado pequeño para entender y para hacer, a pesar de que sabe, seguramente, muchas más cosas que tú y que yo.