Nunca tiremos la toalla
Hay momentos en la crianza de los hijos que son difíciles: algunos porque lo son realmente y otros que no lo son, pero los adultos los vivimos como si fueran una auténtica tragedia. Lo peor, sin duda, una enfermedad, pero también etapas que pueden ser complicadas como los principios de la crianza, la adaptación de todos a una nueva vida con hijos, o la fase en que los bebés gritan, o cuando se enfadan muchísimo y nos lo demuestran, o cuando no pueden soportar la separación de los padres, o el proceso de control de esfínteres, o la etapa de terrores nocturnos, o las llamadas rabietas… y podría ir continuando con un largo etcétera. Cada uno vivimos cada etapa no como queremos sino como podemos. En base a nuestras vivencias anteriores, a nuestra consciencia y a la información que hayamos tenido o no sobre aquella cuestión en particular… Y a veces nos preocupamos mucho, muchísimo.