TENER HIJOS: Cuando las cosas no van como habíamos previsto …
Recuerdo mi embarazo. Recuerdo la sensación de tener a Laia dentro y pensar «no me dejes, ahora, porque ya te quiero demasiado», y apenas era una pulguita que se movía dentro de mí y yo ni siquiera percibía todavía sus movimientos. Recuerdo la sensación de sentirme estrechamente vinculada a ella a pesar de no haberla visto nunca, no haberla podido tocar, no saber qué cara tenía, ni cómo sería… En aquel momento no entraba nada más dentro de los planes que que todo fuera bien. No podía contemplar otra opción que la de pasar un embarazo feliz, un parto feliz y una crianza feliz. Simplemente no entraba en mi cabeza que le pudiera pasar nada, nada malo, quizás porque algo dentro de mí me decía que a esas alturas, ya me haría demasiado daño…