Instinto
Una noche, en plenas vacaciones en la costa atlántica francesa, de repente me desperté con un ruido bestial que me costó reconocer. Estaba profundamente dormida y no sabía qué estaba pasando: el corazón parecía que me salía por la boca y lo primero que hice, en milésimas de segundo, fue saltar sobre Laia y protegerla con mi cuerpo. La abracé y entonces lo supe: era un avión militar rompiendo la barrera del sonido