Enfermedades y lactancia
Yo siempre he sido una persona delgada, bastante, y siempre he pesado poquito. Con el embarazo gané 11 kilos que todo el mundo opinaba que me habían sentado tan y tan bien. Con el nacimiento de Laia, poco a poco, y con el paso de los meses, todo fue volviendo a su lugar. Los kilos que había ganado en el embarazo fueron desapareciendo y me volví a quedar delgada, tanto como antes o quizás un poco más. La gente pierde la memoria muy rápidamente, y resulta que todo el mundo me encontraba demasiado delgada. Es cierto que lo estaba, pero yo comía como nunca, y además, ya estaba acostumbrada a que todo el mundo opinara sobre mi peso (a ojos de los demás) siempre demasiado bajo.