PATUM
Me gusta la Patum, me gusta mucho. Entrar en la Plaza de Sant Pere, llena de gente, oir el tabal… se me pone la piel de gallina. De pequeña mi padre ya me llevaba a la Patum infantil, y no sé si esto ha tenido algo que ver en que, cada vez que voy, me emocione sin ni siquiera haber oído la primera nota del tabal. Este año no puedo ir, quizás por eso tengo ganas de recordarla y de explicaros como la siento yo