30 de juny del 2011
Hace unos días os hablaba de cambios y de mi manera de encajarlos desde que soy madre («CAMBIOS«). Pues bien, más cambios en casa y con muy poco tiempo de diferencia. El viernes vuelvo a trabajar. Sí, a trabajar en mi antiguo trabajo, de periodista. Y digo antigua porque hace dos años, entre parir, baja maternal y permiso sin sueldo que no lo hago. Quiero decir que durante todo este tiempo no he hecho mi «trabajo» entendido como profesión ejercida en una empresa que me paga por hacerlo, donde fichas, tienes un horario, donde vas tú sola, sin cochecito, sin niña y intentando concentrarte en lo que toca. Vuelvo con reducción de jornada, pero vuelvo.
Tengo muchas ganas aunque no negaré que después de tanto tiempo, me provoca cierta inquietud. Cuando alguien muere es impactante ver que la vida continúa, a pesar de que aquella muerte ha dejado una familia hecha polvo y en estado de shock, unos amigos destrozados,… Es como si nada hubiera pasado a pesar de que en el entorno de esa persona ya nada es lo mismo. De alguna manera y salvando las distancias, tengo esa sensación. La de ver que vuelvo a la misma tarea de antes, que el mundo continúa más o menos en el mismo punto en que lo “dejé”, aunque yo ya no soy la misma. El embarazo, el parto y la crianza me han hecho aprender tantas y tantas cosas del mundo, de la vida, los hijos y sobre todo, de mí, que no, ya no me considero la misma persona que cuando un día dejé de trabajar en la radio.
Lo que he hecho, pasar dos años con mi hija sin ir al trabajo NO es común. No por falta de ganas de muchas madres, sino porque profesionalmente y económicamente es una tarea más que difícil para la mayoría de gente. Yo he tenido suerte y como expliqué en el post «16 SEMANAS«, he podido hacerlo. Pero quiero dejar muy clara una cosa: ni yo soy más madre que otra mujer por haber pasado tanto tiempo en casa con mi hija, ni tampoco soy menos mujer libre y trabajadora y defensora de los derechos de las mujeres por no haber vuelto al trabajo a las 16 semanas. Alguien pensará que es una obviedad, pero sé y he experimentado en más de una ocasión, que el hecho de que yo tomara en su día la decisión de dedicarme plenamente a la crianza también despierta algunos recelos. «¿Qué se piensa, que es mejor, por no llevarla a la guardería?», O cosas por el estilo. Y repito, la cosa no va por aquí. Ni nadie me tiene que justificar el motivo de llevar a su hijo a la guardería ni yo tengo que justificar a nadie por qué no he querido volver a trabajar durante tanto tiempo. No, no me he aburrido. He vivido este tiempo con mi hija como un regalo. No, no me ha molestado en absoluto dedicarme más a las tareas domésticas que en otra época de mi vida. Y sí, sí me he sentido yendo a contra-corriente. Lo volvería a hacer, mil veces si fuera necesario. No, no me arrepiento. Retomo mi vida profesional y lo hago con ganas, sin miedo y con energías más que renovadas.
Siempre he creído que a veces el feminismo mal entendido ha hecho mucho daño. La liberación de la mujer en muchos casos supuso también su masculinización. Vamos, que como no teníamos muchos modelos de mujeres ocupando los puestos de trabajo que también nosotras podíamos hacer muy bien, acabamos imitando a aquellos que veíamos, los hombres, y para compensar nuestra carencia, nos hicimos más «hombres «que ellos. En muchos casos somos las propias mujeres las que nos hacemos la zancadilla o las que criticamos otras mujeres por optar por otros caminos, menos dedicados a la vida profesional o simplemente, diferentes al nuestro. Creo que es importante imprimir nuestra energía femenina en los lugares que ocupamos y no renunciar a lo que somos, mujeres. Nadie mejor que los hombres pueden hacer de hombres, trabajar, vivir, ser… como hombres. Y nadie mejor que las mujeres podemos hacer de mujeres, trabajar, vivir, ser… como mujeres. Cada uno con su talante, con su energía, con sus maneras de hacer y con sus prioridades, anhelos o ambiciones.
Yo he querido y podido vivir la maternidad, o mejor dicho, sus inicios, a mi manera. Tomándome el tiempo, quedándome en casa con mi hija. Lo he hecho así porque no podía hacer otra cosa, no me surgía de dentro, no lo sentía. Ahora siento que quiero volver a trabajar y quiero volver tal y como soy ahora. Más madre, más mujer, más mayor y sabiendo muchas más cosas de las que sabía cuando me fui. Otra vez tengo que decir aquello de: ¡espero que los Dioses me sean favorables! 😉
9 respuestas
«Retomo mi vida profesional y lo hago con ganas, sin miedo y con energías más que renovadas.» y ya verás como cuando empieces te notarás más segura de ti misma, pisarás más fuerte, lograrás el repeto de los demás.
A mí, incluso una compañera me lo hizo notar. Me dijo:» has venido diferente» en el sentido que te comentaba… Y ya no me comió la merienda nunca más ( muy a su pesar… Jajaja…).
Un beso
Mucha suerte, en esta nueva etapa de tu vida!
Estoy muy de acuerdo en lo que comentas en el post. Sobre todo en eso de que «el feminismo mal entendido ha hecho mucho daño», incluso yo diría «muchíiiiiisimo daño»
Para mí, la batalla más importante por la que debemos luchar las mujeres es por la de defender el derecho más importante. El derecho a ELEGIR.
Me ha gustado mucho el post Miriam. Precisamente escribía sobre ello, hace un par de días en el blog, porque en septiembre probablemente vuelva a trabajar. Yo también creo que en nuestra carrera por conseguir la igualdad con los hombres, a veces se nos olvida lo qué es ser mujer. Como decía el comentario anterior, tenemos derecho a elegir. Mucha suerte en esta nueva etapa.
Yo también te deseo mucha suerte en esta etapa, la separación, aunque cuesta al principio, acaba siendo una rutina más. Me alegro de que hayas podido elegir, y que admitas que no es mejor ni peor, muchas no tienen esa opción y menos tal y como está la cosa.
Que te vaya bien en este nuevo «Cambio».
Un saludo.
Gracias a todas. Noto y agradezco vuestro apoyo. Ya os contaré como este nuevo cambio se va instalando en nuestra vida. Un beso!
A mi em sembla que, com tot a la vida, la clau rau en què ningú t’obligui a prendre les decisions sino que les prenguis per un mateix, lliurament. Si es respectés aquesta màxima tot seria molt més fàcil…i just.
Ei Míriam! Tota la raó! Ja saps com m’ha costat aquests dies pactar les vacances per l’any vinent i poder-les aprofitar després de les 16 setmanes…m’he sentit demanant una cosa de l’altre món, m’he sentit capriciosa…només volia estar un mes més amb la meva filla en un dels moments més importants de la meva i la seva vida!!! Per no dir les vides del Quim i el Joan.
Aprofito per donar-te les gràcies pel suport aquests dies, m’he sentit capaç de defensar-ho perquè tu i el Joan m’heu fet veure que era una cosa seriosa, que no era un caprici i així ho he pogut transmetre al «jefe»: ÉS MOLT IMPORTANT PER MI, NECESSITO AQUEST MES MÉS!!!!
Gràcies!!
Mucha suerte!!! Yo ando por el mismo camino, aunque regreso a tiempo parcial y desde la casa. Pero coincido contigo en que tomarse un tiempo para simplemente vivir la maternidad es un regalo que me volvería a dar sin pensar.Un abrazo!
Gracias Zarina!!!